Nuestra historia

 

Las semillas necesitan tierra húmeda y fértil para iniciar su proceso de gestación. La paciencia, el amor y el entendimiento son ingredientes necesarios para poder crecer. A veces incluso necesitamos un poco de dolor para abrir el cascarón, después un soplo de voluntad que nos sostenga y el poder del amor para que nos madure hasta el alumbramiento.

Así fue este nacimiento.

 

El proceso de creación de esta botica es mi propio camino de sanación. Luego de darme cuenta de lo contaminados que estaban mis vínculos, de que sufría más de lo que gozaba, de lo necesitada que estaba de claridad, comencé este camino lleno de subidas y bajadas. Temazcales, danzas, humos, copales, tambores, cacao, plantas maestras, hermanas y hermanos, familia, todo eso pasó para que llegara el día en el que mi corazón diera a luz este servicio.

La historia de esta botica es el paso de 40 años de vida, es una espiral atemporal, es un viaje entre dimensiones, es un reencuentro conmigo misma.

Cuando por fin logré verme, me di cuenta del lenguaje que mis abuelas me dejaron en la sangre, ellas me enseñaron a platicar con plantas, con minerales, con animales; me enseñaron que los silencios están llenos de canciones. Esta botica es un homenaje a todo mi linaje, a mis ancestros y ancestras más viejas (los árboles, las plantas, lianas, hongos, semillas), es un homenaje a mi madre y padre, a la vida misma. Y también un homenaje para todos mis maestros y maestras que con amor me transmiten este legado atávico.

Nuestra historia es una gestación, y un vínculo con la tierra y el espíritu y sus sagrados elementos.

Espero que disfrutes cada una de las creaciones de esta nave.

Con amor,

Lucrecia Astronauta.